La corriente continua (abreviada CC en
español, así como CD por influencia del inglés DC,
de direct current) se refiere al flujo continuo de carga
eléctrica a través de un conductor entre dos puntos de
distinto potencial y carga eléctrica, que no cambia de sentido con el
tiempo. A diferencia de la corriente alterna, en la corriente continua
las cargas eléctricas circulan siempre en la misma dirección. Aunque
comúnmente se identifica la corriente continua con una corriente constante, es
continua toda corriente que mantenga siempre la misma polaridad, así
disminuya su intensidad conforme se va consumiendo la carga (por ejemplo cuando
se descarga una batería eléctrica).
También se dice corriente continua cuando los electrones se mueven siempre
en el mismo sentido, el flujo se denomina corriente continua y va (por
convenio) del polo positivo al negativo.
Representación de la tensión en la corriente continua
Conversión de corriente alterna en continua
Muchos aparatos necesitan corriente continua para funcionar, sobre todos
los que llevan electrónica (equipos audiovisuales, ordenadores, etc).
Para ello se utilizan fuentes de alimentación que rectifican y convierten la
tensión a una adecuada.
Este proceso de rectificación se realiza mediante dispositivos
llamados rectificadores, antiguamente basados en el empleo de tubos
de vacío y actualmente, de forma casi general incluso en usos de alta
potencia, mediante diodos semiconductores o tiristores.
Polaridad
Generalmente los aparatos de corriente continua no suelen
incorporar protecciones frente a un eventual cambio de polaridad, lo que puede
acarrear daños irreversibles en el aparato. Para evitarlo, y dado que la causa
del problema es la colocación inadecuada de las baterías, es común que los
aparatos incorporen un diagrama que muestre cómo deben colocarse; así mismo,
los contactos se distinguen empleándose convencionalmente un muelle metálico
para el polo negativo y una placa para el polo positivo. En los aparatos con
baterías recargables, el transformador - rectificador tiene una salida tal que
la conexión con el aparato sólo puede hacerse de una manera, impidiendo así la
inversión de la polaridad. En la norma sistemática europea el color negro
corresponde al negativo y el rojo al positivo.
En los casos de instalaciones de gran envergadura, por ejemplo,
centrales telefónicas y otros equipos de telecomunicación, donde existe una
distribución centralizada de corriente continua para toda la sala de equipos se
emplean elementos de conexión y protección adecuados para evitar la conexión
errónea de polaridad.
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